Todo lo que tiene comienzo en algún momento llega a su punto final. Ese momento tan preciado como son las ansiadas y merecidas vacaciones en época estibal se reciben con los brazos abiertos, pero cuando llega la hora de poner punto final a dicha etapa del año parece que nos aferramos a ellas con ímpetu sin querer abandonarlas, sin permitir que se vayan e incluso sin llegar a creernos que hayan pasado tan rápido.
El punto intermedio es ahora, sobre las vías del tren, diciendo adiós a las vacaciones con mi gente, en mi sitio, para decir hola nuevamente a la gente del día a día laboral, para volver a ver los papeles y sin lugar a dudas, para que regrese la morriña esa Galicia Terra Meiga que he dejado atrás esta misma madrugada.
Sólo puedo dar gracias a los que han estado ahí de una u otra forma en estas tres semanas que NO han terminado, esto no es más que un paréntesis, un puto y aparte, para regresar nuevamente en Octubre y entonces decir que si, que ese es el final de estas vacaciones 2008.
Comenzará entonces la cuenta atrás para las próximas y ya esperadas vacaciones.
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