jueves, 24 de septiembre de 2009

Entre cuatro paredes

Cuatro días sin poder respirar, encerrado entre cuatro paredes, las mismas paredes que me protegen y a la vez me mantienen al margen de la sociedad. Son paredes como una cámara acorazada, nadie se atreve a penetrarlas por lo que puedan encontrarse dentro, pero dentro sólo estoy yo, con la soledad que me acompaña las 24 horas del día. ¿Qué se esperan encontrar?
Un hombre bañado en sudor, como si de una escena recreada por la mente más perversa se tratase, con un calor corporal fuera de lo normal, pero es un calor que sólo pueden transmitir mis músculos y el mercurio.
Ya no sé a que suena mi voz, ¿para que utilizarla? No pretendo sumirme en la locura de hablar conmigo mismo o hablar simplemente con las paredes, una a una somos cinco para este foro e intercambio de opiniones, donde sólo hablaría yo y tan solo escucharía yo.
Quedan días por delante aquí sumido, espero que los menos posibles, pero mi cuerpo va diciendo que esto no se termina hoy, que tampoco se termina mañana. ¿Hasta cuando estaré en esta situación de olvido social?
Una vez más en esta vida me encuentro a solas con mi peor compañera, pero que con tantos encuentros ya nos vamos encontrando afinidad... soledad. ¿Por qué dicen que no soy sociable? Puede entrar quien quiera, pero por desgracia soy yo el que no puede salir. Aquí espero mientras pasan las horas a que no venga nadie.
Gracias por dejarme estar en vuestros recuerdos más olvidados.

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