
La escarcha matinal provocada por las bajas temperaturas de la solitaria noche provocó que al despertar el día todo fuese caótico. Las continuas nevadas a media noche, las placas de hielo sobre el asfalto con el añadido de los vehículos manejados por unos conductores acelerados que han querido apurar cinco minutos más de sueño en la cama, ha provocado que el día se convirtiese en un Apocalipsis.
Lucifer se reía mientras paseaba libremente por las calles, dejando a su paso un manantial de hielo derretido que volvía a congelarse sin dejar apenas paso al tiempo.
La sangre se mezclaba por la carretera mientras la niebla no dejaba ver más allá que el paso de la vida en tan sólo un abrir y cerrar de ojos para seguir tiñendo de rojo el pavimento.
La pereza llamó a sus puertas cogida de la mano de esa misteriosa túnica sin rostro portadora de su guadaña que a todo el mundo atemoriza, que muchos vieron pero no contaron nunca a nadie.
Simplemente sin prisa pero sin pausa… con gloria pero sin pena.

No hay comentarios:
Publicar un comentario