
La humilde prensencia vista como por arte de magia, de sorpresa, es el pequeño empujón que te faltaba.
Ha sido una breve y puntual alegría. No es la primera. Tampoco será la útima siempre que se lo permitas.
Sobra distancia y sobra hierro en esta distancia que nos une y nos separa, pero es la misma distancia que te hace falta para sonreir... la que te hace falta para vivir.
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