El día de casi todos

Un viernes más en esta vida vuelvo a maldecirte afectivamente, Andrés. Una vez más me la juegas. El destino ha decidido separarnos de una manera poco saludable por el simple hecho de acerte formar parte de mis planes.

En un principio iban a ser dos encuentros, dos citas. Hace poco tiempo todo nos juntaba esta noche en Alicancante para volver a vernos mañana en Huelva.

Los planes han cambiado, pero el simple hecho de haber sido tú parte de ellos ha sido mi gran maldición. Buscaré venganza amigo, y cuando se lleve a cabo estarás harto de verme la cara. No puede ser que siempre que tenga la oportunidad de verte venga la salud y me tire en cama medio moribundo para olvidarte y solo tener en cuenta el dolor y malestar corporal... Será por eso que te odio afectivamente.

No ha sido la familia la que nos ha separado. ¿Ha sido tal vez esa la venganza del destino que ansiaba este encuentro por la geografía mediterranea? Malditos sean los juegos sucios.

Soy el salmón que sigue el camino difícil a su destino.

Disculpas no a usted, Andrelo, si no que son más merecidas a Chusi, nuestro gran "crimenes" particular, esa persona que es el vínculo de unión. Y será nuevamente la envidia la que me corroa cuando no tenga palabras para expresarme lo allí vivido, y será entonces cuando sus gestos me lleven al lugar "in situ" para vivirlo sumido en la imaginación.

No todo serán maldiciones a fecha de hoy, que es viernes y parece que la salud comienza a entrar por la rendija de la ventana a través de los pequeños agujeros que deja atravesar la luz de la persiana.

Maldito tú, pero bendita ella en su día de aniversario. Muchas felicidades Erica. Sabes que por mucho que corras me alcanzas por poco tiempo y sabemos que tenemos un brindis, como de costumbre, a mi regreso. Por qué como dice la letra de un poeta maldito Nos volveremos a ver porqué siempre hay un regreso. Entonces... brindaremos, pero hoy, desde un lugar del mundo, brindo por vós. Y que sean Las Pozas y La Guagua sedes de celebración esta noche.