viernes, 4 de diciembre de 2009

Guerra de miradas

No, no lo digas, pues si lo haces habrá quien quiera escuchar en un entorno hostil donde sobran las palabras ya que nos dejamos guiar por las miradas, en esos cruces asesinos de ojos incitantes a quitar la ropa y saborear el sabor de la piel.
Deja que hable el leguaje corporal, que se lean los deseos con el tacto en este cuarto que ha tornado a campo de batalla y tiramos el reloj para no ser victimas del tiempo donde nada importa en esta guerra disputada hasta que suene la ultima campanada que pondrá fin al duelo para que salga el sol y todo sea como hace unas horas.

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