A mis veinti tantos ya iba siendo hora de enfocar la vida desde un punto de vida más privado, con un espacio reservado para mí, para mis cosas y para mi gente. Aprender a descubrirme y ver que no soy simplemente la sanguijuela que vacía el nido, si no que puedo llegar a ser la hormiga administradora y sorprenderme día a día llegando incluso a soprenderme. Una evolución personal, una evolución profesional e incluso una evolución social.
Quiero que este proyecto, aunque me salga caro, simplemente me salga, luego ya se verá sobre la marcha los cambios que se pueden desarrollar para mejorar o intentar mantener siempre desde la línea positiva-progresiva.
Llega un momento en que lo único que queda es uno mismo.
Quiero que este proyecto, aunque me salga caro, simplemente me salga, luego ya se verá sobre la marcha los cambios que se pueden desarrollar para mejorar o intentar mantener siempre desde la línea positiva-progresiva.
Llega un momento en que lo único que queda es uno mismo.

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