Me siento como en casa... con tormenta y con lluvia. Hacía tiempo que no se veía caer agua del cielo en esta Sevilla y me siento bien. La gente se abriga, va corriendo para no mojarse cuando yo todo lo contrario, la morriña invade mi cuerpo y camino despacio en manga corta bajo las gotas que impactan con mi cuerpo, como hacía en Pontevedra.Y la sevillana calle Ramón y Cajal me recuerda a la calle Benito Corbal... y la Sierpes a la Peregrina.

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